Por: Luis Felipe Jaramillo O.

La transformación que sufrió Medellín durante la presente administración es indiscutible. Lo que antes era cemento hoy es un bello jardín que ofrece otra visión de ciudad, más cercana a la naturaleza, más fresca, más vivible, más respirable. Este es el resultado de los corredores verdes de Medellín, una estrategia que buscó el mejoramiento ambiental.
Los responsables directos de este megaproyecto fueron la Secretaría del Medio Ambiente y la Secretaría de Infraestructura Física.
La propuesta era construir 30 corredores verdes 18 trayectos naturales en vías y 12 más en retiros de quebrada, involucrar los cerros tutelares de la ciudad: el Nutibara, El Volador y La Asomadera, y enaltecer la ciudad con jardines verticales, para lo cual se intervinieron paredes y columnas de concreto en espacios públicos.
Hoy estos jardines verticales están ubicados en puntos estratégicos como el viaducto del Metro en la Línea B; los muros laterales del puente de Metroplús en la Avenida del Ferrocarril; el Ecoparque El Molino, en Manrique; y el Parque Biblioteca Presbítero José Luis Arroyave, de San Javier. La Avenida Oriental, por su parte, ahora luce una nueva imagen, con un corredor
verde de 2,3 kilómetros, obra de paisajismo que pronto será complementada con las estaciones de Metroplús.
Gracias a los Corredores Verdes, Medellín ganó los Premios Ashden 2019 en la categoría “Cooling for People”, por sus contribuciones para mejorar la sensación térmica. Ashden es una organización benéfica del Reino Unido que defiende la energía sostenible para acelerar la transición a un mundo con bajas emisiones de carbono.
La selección de plantas y el mantenimiento de estos espacios están a cargo del Jardín Botánico, cuya experticia lleva a garantizar un mejor hábitat para aves y ardillas, entre otros animales; al tiempo que asegura que se generen sombras importantes que permitan conservar la humedad del suelo.