Por: Adriana Aguilar Vélez
El censo es solo uno entre muchos instrumentos que pueden ser utilizados con el objetivo de que las comunidades afrocolombianas vivan cada vez mejor en sus territorios, con pleno derecho de ciudadanía.
Así, conociendo sus deficiencias y límites, es necesario aprovecharlo al máximo.
El Censo de Población y Vivienda que ya se está realizando en Colombia es especialmente importante para las comunidades afrocolombianas, negras, palenqueras y raizales. Con la información censal, se planean políticas públicas dirigidas a los grupos poblacionales identificados y a trabajar alrededor de las necesidades que presentan. En el caso de las citadas comunidades, que continuamente se debaten por encarar los problemas históricos que les mantienen en la marginalidad, una información veraz y precisa es fundamental para identificar problemas y posibles soluciones. Conociendo la ubicación geográfica de la población, las diferencias etarias, los niveles educativos, el acceso a la salud y al trabajo, los niveles socioeconómicos, las diferencias de género y etnia es posible, con voluntad política, generar políticas públicas más eficaces y coherentes con las necesidades de las poblaciones.
Además, como lo indica Asomecos, el Censo de 2018 permitirá establecer comparaciones con los datos de 2005 y “detectar nuevas o persistentes necesidades o carencias en la calidad de vida de las personas, con el fin de que puedan ser atendidas a
través de la política pública” (2018, párr. 2). Este es un aspecto relevante del Censo actual, puesto que al identificar las necesidades nuevas o las que han permanecido desatendidas o mal atendidas, se generan datos que permiten evaluar la efectividad de las políticas públicas ya existentes y los campos en que se requiere su modificación.
Sin embargo, varios son los problemas que pueden impedir que el Censo sea completo y eficaz, sobre todo para grupos poblacionales tradicionalmente marginados, como los afrocolombianos, negros, palenqueros y raizales. Hasta el momento, no parece haber garantías de que el operativo censal llegará a todos los rincones de Colombia: no se ha demostrado una
planeación clara al respecto, no se ha considerado la dificultad de llegar a territorios difíciles por condiciones geográficas, políticas y militares; y, de hecho, el presupuesto para el censo es limitado. Según Mauricio Perfetti, director del DANE, equivaldría al mismo presupuesto del 2005, lo cual es poco si se considera que la población ha aumentado y que aún si esto no hubiera sucedido, se necesitaría un presupuesto mayor para paliar las deficiencias del Censo de aquél año, para mejorar el acceso a todo el territorio y desarrollar un plan efectivo de pedagogía y socialización.
Bajo estas condiciones, el Censo volverá a presentar un subrregistro de grupos poblacionales como los afrocolombianos, pues muchos de sus integrantes viven en las zonas más apartadas del país y donde persiste el conflicto armado, lo cual impide que los censadores puedan llegar a cada vivienda y a cada familia que habita en estos territorios. Sin embargo,
todavía es posible que los líderes de las comunidades afrocolombianas, negras, palenqueras y raizales avancen en procesos de pedagogía sobre el censo y que, en los territorios más críticos del país, trabajen por una ampliación de las familias censadas. La situación ideal sería la de un Estado que ofreciera plenas garantías e igualdad de derechos a poblaciones como las afrocolombianas, pero dada la realidad existente, estas comunidades requieren emplear todas las posibilidades de acción para mejorar sus condiciones de vida. Por otra parte, con la información que se obtenga, los líderes de las comunidades afrocolombianas, negras, palenqueras y raizales deben realizar la mejor tarea de análisis estadístico para mejorar la calidad de vida de estas comunidades, a través de políticas públicas que respondan a los datos extraídos.
En último término, la situación marginal de la población afrocolombiana no está basada solo en una información
deficiente acerca de sus condiciones vitales, y por eso un censo bien realizado no significaría la solución a todos los problemas y carencias de esta población. El censo es solo uno entre muchos instrumentos que pueden ser utilizados con el objetivo de que las comunidades afrocolombianas vivan cada vez mejor en sus territorios, con pleno derecho de ciudadanía. Así, conociendo sus deficiencias y límites, es necesario aprovecharlo al máximo, corregir lo que sea posible y usarlo como una plataforma para continuar los procesos de lucha y trabajo por la obtención y mantenimiento de unas condiciones vitales dignas para los afrocolombianos.