En el marco de la campaña que viene realizando la Asociación Intercultural Colombia Diversa – AICOLD, en contra de la violencia de género en la ciudad de Medellín, el cantante canadiense Tim Danbrook activista por los derechos de las mujeres víctima de violencia y de los niños que sufren por el abuso sexual, participó en el Encuentro de la Identidad y Diversidad Cultural.El artista través de su música se sumó a la causa social y resaltó la importancia de frenar esta situación que viene afectando a la sociedad a nivel mundial. Por su parte, la presidenta de AICOLD Beatriz Quesada, aprovechó la oportunidad para dar a conocer el proyecto “Mujeres sin Rostro”, una iniciativa que busca coadyuvar con la construcción de una sociedad libre de violencia contra las mujeres, abuso sexual contra los menores y fomentar en las participantes la creación de emprendimientos que les permita ser autónomas. En este sentido, el artista canadiense agradeció a AICOLD la invitación a la capital antioqueña, y muy especialmente a este escenario ideal para sembrar conciencia y a su vez proyectar el trabajo que Danbrook viene efectuando en sus presentaciones con las canciones: “Anger’s not Pretty, y Victims “No Longer” acompañado de imágenes de las víctimas de violencia de género, “No queremos más violencia” exclamó el cantante en medio del escenario.
Asimismo, Quesada resaltó que la organización que preside: “Continuará realizando esta campaña de sensibilización en contra de la violencia de género; esto implica divulgarlo para que no permanezca oculto, entiendan sus causas y que cada persona tome un papel activo contra este flagelo de manera individual o colectiva para combatirlo”. Finalmente, la presidenta de AICOLD enfatizó que: “la información es imprescindible, pero insuficiente, por lo tanto, se hace necesario, emprender acciones que permitan a las comunidades, colectivos ‘volverse sensibles’, y entender el fenómeno en todas sus dimensiones, para tomar una postura crítica ante la realidad de la violencia de género y el abuso sexual a menores lo que a su vez ejercería una presión social que obligue al estado a actuar para que la sociedad modifique dicha conducta”.
